Y le ví jugar, y marcar, y saltar de alegría por su SFC, y caer..., y cabrearse como un poseso si fallaba.
Yo
disfruté de su presencia por la banda izquierda, con el 27, con el 16.
Le vi desde el Gol Sur armar su pierna izquierda para rematar lo que
desde la derecha le llegaba de otro criado donde él mismo se hizo un
hombre, allá por la Carretera de Utrera, donde nacieron y seguirán
naciendo tantos ídolos para Nervión, para la raza futbolera.
Yo
le vi, le tuve a mi lado en Lora, hasta me riñó por insistirle en que
debíamos trasladarnos donde se encontraban todos aquellos que vinieron a
inaugurar nuestra Peña, y él sólo quería permanecer rodeado de
chiquillería.
Y hoy, hoy camino de Jerez de la Frontera otra
vez su recuerdo, sin venir a cuento, volvió a llamar a las puerta del
alma. Sin saber por qué, me crujieron algunas lágrimas en los ojos. Se
me llenó la memoria de un Sánchez Pizjuán en pié, viendole brincar por
haber sido él, precisamente él, quien llevaba a su SFC a decirle a
Europa que ese año la Feria era más sevillista que nunca, que el 10 de
mayo a ver de donde sacar palabras para tanta gloria conquistada, y la
que quedaba por venir.
Y me enfadé conmigo mismo porque el camino se me acabó, y había que centrarse en el trabajo.
Hoy otra vez sin pretenderlo, retorne por unos minutos a octubre de 2006, ese bendito día 10 cuando yo le conocí.
Que bello es sentir en sevillista y mucho mas hacerlo como persona,un abrazo hermano hoy mas fuerte que nunca ¿lo notas? pues recibelo de todo corazón Antonio.
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