Aun a riesgo de equivocarme, porque no suelo pronunciarme sobre este
tipo de asuntos, creo que Emeri ha finalizado su trabajo en Sevilla.
Emeri es el mismo que fue capaz de llevar al Valencia a la Champions, y de mantenerle arriba en la tabla de la clasificación siempre que dirigió a los chés. Pero aquí en Sevilla no da con las teclas para hacer que el SFC funcione. Y en esto del futbol no hay, o no debe haber más margen de las 11 jornadas que llevamos, para que el SFC, este SFC, esté donde está, y a la espera que muchos, por detrás y por delante, jueguen el domingo para adelantarnos o para ampliar su ventaja sobre la actual.
Porque no consigo comprender dónde está el SFC. Este SFC que en pretemporada ilusionó a todos, porque llegaron nombres que consiguieron enervar al sevillismo porque la Liga no comenzaba y había ganas. Y como decía, estamos dónde estamos. Cristóforo, Gameiro, Bacca, M´bia, Carriço, Pareja, Víctor Machín, Jairo, y así hasta 13 o 14 jugadores (Rusescu se me olvida, quizá porque también se le olvida a quien parece haberle defenestrado desde el principio). Todos, todos ellos crearon unas expectativas entre quienes pensamos en sevillista que hacía tiempo no se veían por estos lares.
Sin embargo, estamos como estamos y donde estamos. En un lugar de la clasificación y con una imagen, un partido sí y otro casi que también, que anima a muchos a dirigir sus miradas hacia quien tiene la posibilidad de reencauzar la situación, antes de que esas mismas miradas le busquen, no como solucionador sino como responsable de absolutamente todo.
Yo creía en Emeri, pero es que este SFC no es el SFC que ni yo ni nadie esperaba de él. ¿Echarle? A mí la lesión de Gameiro no me vale de excusa, porque el SFC no puede esperar al minuto 75 a empatar, no a ganar un partido que te van ganado, a empatar. Y menos en casa. A esas alturas de partido tendríamos que ir ganando por muchos motivos.
Me la juego, nunca lo hice porque el futbol da muchas vueltas: yo a Emeri le daba las gracias, y me traía a alguien de la casa, Manolo Jiménez (nos cogió una vez 14º y acabamos 3º), que sepa meter sangre en vena a los nuestros, hasta que la fuente de la savia sevillista regrese a casa: Joaquín Caparros
Emeri es el mismo que fue capaz de llevar al Valencia a la Champions, y de mantenerle arriba en la tabla de la clasificación siempre que dirigió a los chés. Pero aquí en Sevilla no da con las teclas para hacer que el SFC funcione. Y en esto del futbol no hay, o no debe haber más margen de las 11 jornadas que llevamos, para que el SFC, este SFC, esté donde está, y a la espera que muchos, por detrás y por delante, jueguen el domingo para adelantarnos o para ampliar su ventaja sobre la actual.
Porque no consigo comprender dónde está el SFC. Este SFC que en pretemporada ilusionó a todos, porque llegaron nombres que consiguieron enervar al sevillismo porque la Liga no comenzaba y había ganas. Y como decía, estamos dónde estamos. Cristóforo, Gameiro, Bacca, M´bia, Carriço, Pareja, Víctor Machín, Jairo, y así hasta 13 o 14 jugadores (Rusescu se me olvida, quizá porque también se le olvida a quien parece haberle defenestrado desde el principio). Todos, todos ellos crearon unas expectativas entre quienes pensamos en sevillista que hacía tiempo no se veían por estos lares.
Sin embargo, estamos como estamos y donde estamos. En un lugar de la clasificación y con una imagen, un partido sí y otro casi que también, que anima a muchos a dirigir sus miradas hacia quien tiene la posibilidad de reencauzar la situación, antes de que esas mismas miradas le busquen, no como solucionador sino como responsable de absolutamente todo.
Yo creía en Emeri, pero es que este SFC no es el SFC que ni yo ni nadie esperaba de él. ¿Echarle? A mí la lesión de Gameiro no me vale de excusa, porque el SFC no puede esperar al minuto 75 a empatar, no a ganar un partido que te van ganado, a empatar. Y menos en casa. A esas alturas de partido tendríamos que ir ganando por muchos motivos.
Me la juego, nunca lo hice porque el futbol da muchas vueltas: yo a Emeri le daba las gracias, y me traía a alguien de la casa, Manolo Jiménez (nos cogió una vez 14º y acabamos 3º), que sepa meter sangre en vena a los nuestros, hasta que la fuente de la savia sevillista regrese a casa: Joaquín Caparros
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