No, no es que me haya pasado a los fanáticos de la Real Sociedad (fanático en el sentido literal, de fan, no de otras cosas más feas).
Es que hoy en el Ramón Sánchez Pizjuán, y lo reclamo por enésima vez, es necesario que la afición sevillista forme un verdadera y real sociedad con el equipo que se pone nuestra camiseta, nuestro escudo, nuestro amor de cuna, o sobrevenido en nuestra propia historia, y dejemos de lado "las cosas" que a todos nos preocupan sobre nuestro Club, porque en esa hora y media nadie las va a solventar. De eso nos ocupamos o que se ocupen después, el domigo o a partir del lunes.
A la Real Sociedad lo nuestro le va a importar un comino, y podemos facilitarle las cosas mirándonos demasiado un ombligo que poco o nada nos va a aportar. Es lo de siempre si hay que pitar al final, si hay que aplaudir y animar desde el principio, desde ya. Yo sigo empeñado en mi gente y quiero creer en mi gente, en mi sevillismo, en todos esos entre los que me pierdo y donde mejor me encuentro. En el sevillismo que mira para adelante y no para abajo en dirección al banquillo, o para atrás en dirección al palco.
Tenemos un temporadón por delante, y como bien dijo nuestro Presidente, no hemos empezado mal (4 de 6), aunque bien podríamos llevar un 6 de 6. Pero para evitar nuevos sustos están quienes está: equipo técnico y jugadores. Nuestra función es la que es. La de ellos también. Y la de pedir responsabilidades también la conocen quienes la tiene que conocer.
Yo creo en este SFC, quizá por defecto de nacimiento, quizá porque sí, con toda seguridad porque soy sevillista, y esta noche, aunque lejos, busco miles de socios para esta causa que se llama estar a muerte con lo mío y con los míos.
¡¡¡Vamos mi Sevilla!!!
¡¡¡Vamos Campeón!!!
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