jueves, 7 de octubre de 2010

Algo se muere en el alma

No te vas, porque como con la familia Leal Graciani, tú siempre seras de la familia sevillista. Tú, Ramón Orellana, de quien tan sólo hoy un dia tu voz por telefono para que fueras a mi Peña (y no fuiste), tu eres sevillismo, tu eres parte de nosotros, eres un cachito de nuestro escudo, formas quieriéndolo o sin querer parte de nuestras vidas, de nuestra condición de sevillista.
Fue siempre una garantía saber que detrás de los nuestros estabas tu. Que conocías cada cara, cada músculo que pudiera resentirse en los nuestros; que supiste sacarle a cada tío que se vistió con nuestra camiseta, con nuestra vida sobre su cuerpo, lo mejor de sí mismo.
Hoy me entero que Ramón Orellana ya no estará en la Ciudad Deportiva, que no compartirá banda mientras calientan los nuestros antes de sustituir a algún compañero. Me entero que las cosas estan cambiando; que la llegada de Manzano ha tenido este peaje, caro, carísimo para el corazón blanco y rojo, porque los nuestros, son los nuestros, los de toda la vida. Veinte años, veinte al compas de un sentimiento compartido.
Sólo te pido, te ruego Ramón, que pueda saber que, al menos, ese sentimiento lo seguirás compartiendo con cada de uno de nosotros. Que tu apellido conquistador no puso una pica en el flandes de cada uno de nuestros corazones, para ahora olvidarse de nosotros; que no somos más que la parte viva del SFC, la que siempre te añorará, la que siempre se acordará que durante muchos años las manos de Ramón Orellana fueron el alivio y la tranquilidad de mucho sevillista que sabían que él siempre estuvo ahí.
Gracias por todo. Gracias por siempre.

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