Ya con la euforia retornando a sus aposentos neuronales, pero de vez en cuando regresando,cada vez que la memoria dice a recordar. Ya con la garganta comenzando a sentir el aire al pasar en su temperatura natural, y no en la que hasta hace unas horas sentia(mos). Ya con la mente reposada, salvo que escuches tertulias en las que se siguen apuntando tantos los de siempre, salvo cuando las cosas van mal.
Ya, con todo eso en su justo punto o camino de arreglarse, nadie cayó en la cuenta del error de Jiménez antes, durante y después del encuentro ante en Real Madrid (perdona Ronaldo, sólo será un momento, ya sabemos que es el E.R.).
Ayer el SFC jugó de lujo, parecía haberse empeñado en hacer realidad lo que durante toda la semana estuvimos soñando: ganar y descomponer al equipo de Florentino Pérez, y hacer que tantos medios, nacionales y de por aquí mismo, hincaran la rodilla ante la evidencia. El SFC se dedicaba ayer a demostar que en su casa manda él, que en su casa los suyos están con él, que en su casa hay que pedir permiso hasta para respirar si no eres de los suyos y pretendes algo más que ser su rival la tarde que toque.
Y ayer, precisamente ayer, y precisamente los que miran a Jiménez con lupa hasta cuando va a los urinarios de la Ciudad Deportiva, no se percataban de que las palabras de Jiménez delataron su error: "el partido lo iban a resolver las individualidades".
Seguramente el arahalense no esperaba un Real Madrid tan asustado, porque esas eran las caras de Marcelo, Casillas, Kaká, Sergio Ramos (aún habiéndose criado aquí), etc.
Las individualidades no existieron, al menos por parte del equipo que ha pasado de los 300 millones de euros fichando este año.
Y si se refería a las del SFC, yo, personalmente yo, considero que el SFC actuó como un equipo de fútbol más que como una juntiña de individualistas que van a su propio lucimiento, que de eso si parece haber y esperarse del R.M.
El SFC fue lo que se dice un equipo de todos a una, hecho por Jiménez y a quienes como tales les reconoció su merito colectivo al terminar el partido.
A mí me da que ni el propio Jiménez sabe hasta dónde va a llegar este equipo con él al timón, y no sabéis lo que me alegro por él, por mi SFC y por todo el sevillismo.
Ya, con todo eso en su justo punto o camino de arreglarse, nadie cayó en la cuenta del error de Jiménez antes, durante y después del encuentro ante en Real Madrid (perdona Ronaldo, sólo será un momento, ya sabemos que es el E.R.).
Ayer el SFC jugó de lujo, parecía haberse empeñado en hacer realidad lo que durante toda la semana estuvimos soñando: ganar y descomponer al equipo de Florentino Pérez, y hacer que tantos medios, nacionales y de por aquí mismo, hincaran la rodilla ante la evidencia. El SFC se dedicaba ayer a demostar que en su casa manda él, que en su casa los suyos están con él, que en su casa hay que pedir permiso hasta para respirar si no eres de los suyos y pretendes algo más que ser su rival la tarde que toque.
Y ayer, precisamente ayer, y precisamente los que miran a Jiménez con lupa hasta cuando va a los urinarios de la Ciudad Deportiva, no se percataban de que las palabras de Jiménez delataron su error: "el partido lo iban a resolver las individualidades".
Seguramente el arahalense no esperaba un Real Madrid tan asustado, porque esas eran las caras de Marcelo, Casillas, Kaká, Sergio Ramos (aún habiéndose criado aquí), etc.
Las individualidades no existieron, al menos por parte del equipo que ha pasado de los 300 millones de euros fichando este año.
Y si se refería a las del SFC, yo, personalmente yo, considero que el SFC actuó como un equipo de fútbol más que como una juntiña de individualistas que van a su propio lucimiento, que de eso si parece haber y esperarse del R.M.
El SFC fue lo que se dice un equipo de todos a una, hecho por Jiménez y a quienes como tales les reconoció su merito colectivo al terminar el partido.
A mí me da que ni el propio Jiménez sabe hasta dónde va a llegar este equipo con él al timón, y no sabéis lo que me alegro por él, por mi SFC y por todo el sevillismo.
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