domingo, 9 de agosto de 2009

A veces, la vida

A veces, casi siempre, el alma se embelesa de amor. De amor por otra vida que no es la tuya; de amor por otra cosa que no esperabas; de amor por unos colores que no se sabe lo que tienen… A veces la vida te da una oportunidad que no te esperas, y la propia vida caprichosa te traiciona quitándotela cuando menos te lo esperas. A veces, en ocasiones que siempre agradeces, se unen el capricho de la vida con los colores que te enamoran y la oportunidad que siempre soñaste te pone en el camino que sólo recorren los elegidos. El camino que lleva a las finales, las ganes o no (una final es sólo el final de un camino que sólo terminan dos), y en el que contigo coincidimos una noche de mayo de 2007, un día 16. Hoy no es día para nada más que para saber que el capricho de la vida se encaprichó contigo; que no respeto nada de todo lo que te hizo soñar (jugador de tu equipo de siempre); de todo lo que te permitió crear (el hijo que no conocerás); de todo lo que llegaste a conseguir Capitán Perico (cada gol, cada partido, cada sueño de cada domingo…). Hoy no es día más que para recordar que es posible soñar, que merece la pena hacerlo, que la vida en realidad no es más que lo que hacemos y que, con lo que hacemos, hacemos soñar a aquellos que nos sigan. Y a ti te siguieron muchos, como a uno que yo me sé… A veces la vida se vuelve puñetera, se lleva todo aquello suyo que tan nuestro creíamos, y nos obliga a mantenerlo vivo en nuestro recuerdo, a integrarlo como parte de nuestras vida, a sentirnos orgullosos de ellos; y así seguimos, qué remedio. A veces, siempre, Dani Jarque, la memoria y el corazón quedan a disposición de aquellos que lo merecéis.

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