miércoles, 12 de agosto de 2009

En el Club de los 3 dígitos

Hace pocos días, en uno de los muchos actos en los que es requerida la presencia del Presidente del SFC, Del Nido adelantaba que el presupuesto de nuestro equipo rondaría los 120 millones de euros, 20 mil millones de las antiguas pesetas.He ahí quizá la razón todo el nerviosismo con el que algunos viven estos días previos al comienzo de Liga y Champions League.

Razón que a su vez es el reflejo de aquello en que se ha convertido el SFC en estos últimos años. No hace mucho el presupuesto era de 15 o 18 millones de euros. Hoy 120 millones de euros son los que mueve al año nuestra entidad. Y a esto es a lo que Monchi se refirió cuando ganamos los primeros títulos del año 2006. Tardaríamos en digerir los éxitos que comenzaban a cosecharse. Y esos tres dígitos en los que sólo se mueven Real Madrid, Barça, Valencia y alguno más, son la prueba palpable de que todo se está haciendo bien. Y digo todo, hasta los errores al fichar. Eso forma parte del fútbol. El SFC a todos los niveles (institucional, deportivo, social, económico) ha crecido. ¿A todos? ¿También en lo referido a la afición?

Institucionalmente, nuestro Club forma parte, con voz y voto, del denominado G-40, siendo uno de los 3 o 4 equipos que representa a España en semejante ente europeo. En España, las opiniones del SFC son de referencia para cualquier club que haga mención a asuntos de interés general para todos.

Deportivamente, las vitrinas demuestran el buen trabajo en todos los escalafones, y las continuas muestras de interés hacia nuestra cantera hacen que cada día el producto salido de la Carretera de Utrera sea cada vez de mejor calidad, cada vez más valorado. ¿Cuántos sevillistas andan puliéndose por esos equipos de España con la intención de volver (y vuelven)? En lo que respecta a la primera plantilla, son ya 6 años en Europa. Títulos los ya conocidos por todos y, quizá lo principal, un objetivo inconformista guía la acción del trabajo de todos: ser cada año mejores, aspirar a fines cada vez más pretenciosos. Y en eso estamos, o deberíamos de estar, todos.

Socialmente ya se conoce la labor de la Fundación, múltiples actos que, como reconocieron recientemente gentes de otros gustos futbolísticos, hace que se multiplique exponencialmente el número de seguidores sevillistas. Eso no lo dijo un cualquiera, pueden tirar de hemerotecas.

Económicamente, ya lo saben, de 15 a 120 millones de euros explican por sí sólo muchas cosas y generan, o deberían generar, la ilusión en la misma proporción en lo deportivo en toda la afición.

Y en esas estamos. ¿Hemos sabido los aficionados estar a la altura de las circunstancias? Por momentos, este cambio del utilitario al coche de gama alta parece, digo parece, que nos viene grande. Nos erigimos en centinelas del trabajo de quienes lo dan todo por nuestro SFC, y hasta les damos tiempo, les ponemos plazos para comprobar su labor amenazando con exigir su renuncia si en 8 o 10 o 12 partidos la cosa no va como esperamos, o va pero no produciéndose como nos(les) gustaría. Y el resultadísimo adquiere en ese momento un significado que a muchos se le vuelve en contra. (¿Y si esos 12 partidos son buenos y los siguientes regulares o malos, pero con resultados positivos qué hacemos? Es algo que pasó el año pasado, y estamos a la espera de ver quién nos toca en la Fase de grupos por ser terceros en Liga).

En fin, va siendo hora de retomar nuestra condición sevillista para sublimarla (en su primera acepción en el diccionario de la RAE), y demostrarle a muchos que sabemos estar con los nuestros, con todos y cada uno de los nuestros, que sabemos en qué consiste pertenecer a un equipo grande que lo quiere ser aún más, y que no lo sea a pesar de muchos de los nuestros.

¡¡¡Vamos mi Sevilla!!!

¡¡¡Vamos Campeón!!!

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