sábado, 16 de mayo de 2009

Tal día como hoy

Hace dos años andaba yo, con quien tres día antes se había atrevido a casarse conmigo, por las calles de Florencia de viaje de novios. Más nervioso que el tobillo de Chiquito de la Calzada, porque esa noche jugaba mi Sevilla FC su segunda final consecutiva de la UEFA CUP (¡va por usted Sr. del Nido!)
No sabía si iba a poder verlo, y si lo veía en qué condiciones, yo que llevaba toda la parafernalia peñística preparada para liarla en el Hotel en el caso de victoria, como así fue.
Y lo ví, sólo como la una, porque a mi mujer no le gusta el fútbol, en la habitación del hotel escuchando una veces a un italiano y otras a un alemán que parecía que estaban narrando una misa o el apareamiento del mejillón colorao. No he visto cosa igual en los días de mi vida.
Lo de los penaltis..., creo que la colcha me la comí, más que nada porque al día siguiente me notaba molestias en el estómago y la boca muy seca...Unas fotillos para demostrarlo (atentos a la cara de qué pasa aquí de la conserje del Hotel):

Y como de la Gloria veníamos allí, en la Puerta de la Gloria me hice una fotillo más, qué no...

Veníamos precisamente, de dejar en la cuneta al Osasuna de Ziganda (¿os acordais de Ziganda, de Ziganda solamente, no de su familia?). Partido épico, de esos en los que el sevillismo tirita de tensión; de esos en los que el convencimiento de que la victoria está en nuestras manos, sale ya camino del Estadio desde nuestras casas. ¡Qué noche la del Osasuna!
Quién sabe si el de esta noche puede ser el partido que inicie el camino a otra Final el año que viene. A otra Final de esas que hoy día nos resultan inimaginables (¿o no?). Y que vuelvan, si tiene que volver, los cabreos por una entrada. En la planta noble del Ramón Sánchez Pizjuán están deseando tener que verse obligados a salir para dar explicaciones en este sentido.
Todo puede pasar esta tarde, hasta echarle una manita a los que se han metido en la boca del lobo, y no por falta de huevos...
A las 10 de la noche a lo mejor alguno aparta ya su mochila para donde toque Final. Por soñar que no quede. ¿No nos pidieron una vez que nos abonáramos a soñar? Pues eso.

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