domingo, 24 de mayo de 2009

Las lágrimas de Manolo Jiménez

No hay jugador en la historia del Sevilla FC que conozcan mejor las briznas de césped del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán. 300 y pico de partidos con el mismo escudo, con el mismo alma blanca vibrándole en las entrañas. Y después, al Sevilla Atlético, a tenerlo siempre arriba del todo hasta que consiguió llevarlo hasta la Segunda División.
Y más tarde..., más tarde vino todo lo que vino: a uno de los que él puso en el primer equipo le veía caer sobre el propio tapiz de Nervión para llevarse un poco de todos nostros a la gloria que seguro le ha tocado disfrutar. 
No pasó mucho para tener que ver, por si era poco, como alguien ponía precio a su palabra y dejaba a un equipo roto anímicamente y más cerca de los puestos de descenso que de una plaza europea, para que él tuviese que asumir el reto que, estoy totalmente convencido, jamás habría renunciado, porque ni Manolo tiene precio, ni es persona de traicionar a nadie. Anoche dejó algunas de esas perlas periodísticas que a algunos les tendría que hacer reflexionar y lavarse la boca antes de referirse al de Arahal. No hubiese cobrado si no quedaba tercero, y eso no lo sabía nadie. Ni un pero a la decisión del Presidente y del Consejo por más que los resultados le avalen, y eso no lo soporta ninguno de los que tanto han largado de él, porque el sentimiento de lealtad de Manolo desmonta cualquier especulación de los que tanto dicen saber y anunciar en aquel medio o en el de más allá.  Él desde que llegó al Sevilla FC, y ya ha llovido, sabía que no llegaba para crear discordia alguna ni para morder carnaza de nadie.
Y ayer lloró sobre  el césped de su Casa. Demasiada chinas en el camino y todas sorteadas. El reto de llevar a aquel equipo roto a Europa se consiguió, y ahora lo vuelve a confirmar como Grande entre los grandes de Europa. Y la carnaza... la carnaza que se la coman los que la producen.
Ayer hizo tercero a su equipo, a su afición (a quienes le quisieron y a quienes no). Ayer puso el escudo de su Club al lado de los que juegan martes y miércoles y no, precisamente, bolos de pueblos. 
Desde ayer quienes soñaban con ocupar su puesto, pueden dejarlo para mejor ocasión si la lógica reina y la consecución del objetivo se traduce en su renovación. A Manolo, de cinco minutos, le sobrarán cuatro para firmar, porque el timbrado del documento que firme llevará el encabezado SEVILLA FUTBOL CLUB, S.A.D., y a partir de ahí lo demás estará, para Manolo, de más.
La Champions League, en su tiempo de preparación y espera, ya ha comenzado. Y tú Manolo, lo has hecho posible ¡qué cojones tienes!

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