miércoles, 8 de abril de 2009

Maravilloso recuerdo

El pasado Domingo de Ramos comenzaron a clamar por nuestras calles cornetas y tambores, voces de sabios capataces y racheos de zapatillas esparto que devolvían nuestras vidas a épocas donde la fe reinaba sin pesares.
El pasado Domingo de Ramos desde mi habitación, a lo lejos, todo lo lejos que puede entenderse en un pueblo, donde todo está tan cerca como lejos, según interese, yo escuche sonar una marcha tan cortita como intensa, con una carga de recuerdos que no supe si aplaudir o si gritar gol al final de la misma.
Por un momento, tuve la impresión de estar sentado en Fondo del Ramón Sánchez Pizjuán y ver pasar por allí corriendo con un balón en los pies a Antonio Puerta. No duraba mucho más una carrera suya, no necesitaba más para dejar tras de sí ese olor a sevillista sentío, que sólo él supo lo que le entró por el cuerpo cuando aquella noche del Schalke (de nuestros amigos del Schalke)... ¡¡Dios Santo qué lío formó!!, ¡¡cuánto dura!!
Me pareció que escuchaba su marcha y, mira por donde que, hablando con uno de los de la banda Ntra. Sra. de Gracia de Carmona me confirmó que efectivamente fue lo primero que tocaron en las marchas "de ordinario" (no sé qué significa eso, no entiendo de estas cosas, me limito a ser sencilla y grandemente sevillista).
Yo ya he echado mi Semana Santa, casi que me sobran ya todas las cofradías que salgan a la calle. Desde mi casa, desde mi cama escuche una marcha que fue la única que soy capaz de reconocer (junto con Caridad del Guadalquivir y tal vez Amargura), la Marcha Antonio Puerta.

Es curioso el domingo jugamos contra el Getafe... tienen guasa las coincidencias.
¡¡¡Viva el Sevilla!!!

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