Perdona
Luis F. Durán no te conozco de nada, como tú a lo míos. A todos esos a
los que has puesto en su boca barbaridades que jamás hubiesen
imaginado decir.
No
sé quién te habrá puesto donde estas, no sé quien te habrá dictado
semejante batería de salvajadas que tú dices que dijeron quienes no las
dijeron. Porque no las dijeron y tú lo sabes, pero alguien te obligó a
escribir lo que tú eras incapaz, porque pa mí que tu no das para tanta mala leche.
Porque
hay que tener mala leche para poner en boca de gentes de mi Tierra
tanta mierda como tú derrochaste por los teclados de tu ordenador, y
por las pocas y maleables neuronas de tu mente.
Quizá te habrás creído invencible, intocable, por la firma que te paga; señor
en la tierra feudal de una Federación puerca de oídos y de vista cada
vez que le interesa o no le interesa (¿dónde está el Comité
Antiviolencia contra esto?).
Quizá,
tú sabrás, te habrás creído… tú sabrás… Y, sin embargo, has quedado
como el puñetero culo del mayor de los indignos, por poner en boca de
una afición sin igual unos gritos que jamás existieron, porque en boca
de esa afición jamás cabrían tamañas bestialidades verbales. Y tú te
llamarás periodista…
Disculpa,
y no sé por qué te pido disculpas, pero es que vengo de una noche de
comparsas, de esas que te ponen de punta cada vello del alma, y a mí… a
mí me han matado a versos y yo acordándome de tí, mientras tú estarás
durmiendo con tu montón de mierda de órdenes a tu vera para que mañana,
cuando sea, vuelvas a referirte a los míos sin haberte lavado antes con
lejía la lengua que domina tus dedos sobre tu teclado.
Porque
no has insultado al sevillismo, no. Has puesto a media Andalucía sí, y
la otra media también, de una mala leche que más te vale que pidas
perdón, porque Andalucía anda bien vencida a golpes de tragedia, como
para que un golfo como tú venga a poner en nuestra boca toda la caterva
de mentiras que a ti te dio por inventar, mientras tu amo te las dictaba, y tú con tu nombre las inventabas y firmabas.
Mira, periodista o lo que quiera que seas, cuando hablamos de ejemplo de sevillanía
no sólo hablamos del sevillano de a pié, hablamos de Andalucía entera
si es que falta hiciere. La misma sevillanía que hoy te pide que des la
cara, demuestres lo que dices y si no, te vas a tu puñetera casa, eso
sí, dinos quién fue esa voz de tu amo (porque tu no das para
tanto) que te dictó que escribieras la ignominia con la que en adelante
serás mirado entre quienes no tengan nada mejor que hacer que leerte…
que ya habrá que estar aburrido…o vigilante, ¡SINVERGÜENZA!
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