domingo, 5 de febrero de 2012

Agravios comparativos.A la atención de quién corresponda

Creo recordar que eramos decimocuartos cuando llegó Jiménez al SFC; que a Jiménez lo echaron porque un partido de Champions, hasta donde llegamos con él, se resolvió por penaltis después de dos partidos raros contra un Fenerbahçe que se encontró con un Palop turco en Sevilla que nos dió a noche, y el entendidísimo sevillismo de la grada no se lo perdonó y se lo recordaba partido a partido.
Llegó Antonio Álvarez a quien le estaban esperando un par de malos ratos para echarle, y en el avión de vuelta de ante el Hércules le dijeron que hasta allí llegó su papel como entrenador del SFC.
Y vino Manzano, y toda la sapiencia que se le esperaba, aún se la siguen esperando en otros lados de los que también fue destituido tras su paso por Nervión.
Y llegó Marcelino, el esperado, el deseado, el mago de tantas cosas que aún no hemos visto. Lo de Europa este año fue un visto y no visto que el Ramón Sánchez Pizjuán no se lo merecía. 
En la Copa se esperaba más, pero es que este equipo parece no estar para más ni con nuevos jugadores ni con inventos de aquellos que hacía Juan De Ramos a quien sí le salían bien los cambios extraños.
Eso de  jugar hoy con tres defensas si le hubiese salido bien, perfecto. Sin embargo no era esperable que saliera bien. Y no salió bien. Y el SFC ha visto hoy como lleva 2 de los 21 últimos puntos jugados. Inconcebible, para mí y supongo que para quienes deben tomar una decisión, y hacerlo ya. 
Porque a otros como los mencionados antes no se le perdonó tanto, tantísimo. Y el equipo descompuesto física y anímicamente. Y la afición que comienza a apostarse en las gradas apuntando hacia el palco. Ya no hay banquillo al que mirar, porque deseo que Marcelino tire de dignidad y ponga el cargo a disposición del Consejo: porque no sabe, porque no puede, porque no le dejan, o por lo que sea, pero que tenga la dignidad, el sentido de la responsabilidad de dejar que otro intente lo que él ya ha demostrado, queriendo o sin querer, no ser capaz de hacerlo.
Toca reaccionar. Y reaccionar se llama ganar, ganar y volver a ganar. Algo que comienza costar a recordar cuando fue la última que ocurrió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Loterias y Quiniela