Chirría

Demasiadas dudas, contínuos fallos, excesiva distanciación entre líneas dentro y fuera del césped.

Este SFC, a día de hoy, dista en exceso de lo que todos esperabamos, y aún más de tanto como se nos ofrecía para exigirnos (como si hiciera falta).

Va siendo hora de tomar medidas si es que hay un sastre que sepa que costuras estan fallando. Porque la calidad es innegable, pero no se hace patente. Porque la fe no falta, pero las pruebas no se muestran. Porque sobran los motivos para seguir a un amor eterno, pero no es comprensible una crisis de pareja en la que ninguno parece ser el culpable.

Y, con todo, este Sevilla Fútbol Club chirría. Chirría hasta quitar el sueño; hasta quebrarte los sesos como si nuestro afán fuese a llegar a algún sitio.

Chirría, y nadie habla de tantos como ahora ya tienen lo que tanto anhelaban.

Nada hay perdido y, sin embargo, las alarmas saltan como si estuviesemos en la jornada 37 y para llegar a Europa se nos hubiese abierto otra manga apenas se cruce nuestra mirada con Despeñaperros.

Chirría, pero "dicen que nunca se rinde".

Pero chirría.