Si fuese propietario de un viñedo (que no lo sé), seguramente de ese modo se llamarían sus caldos. No lo es y, sin embargo, así cabría denominar su área de influencia.
Un área que va más allá que cualquier latifundio imaginable; que se extiende allá donde llegue un corazón sevillista. Porque él, Don (o San) Andrés se ha hecho un hueco a base de profesionalidad, y de humanidad en más de una ocasión, en el lugar donde habita el motor de nuestros sentimientos.
Hoy el Sevilla F.C. le ha dedicado una rueda de prensa para él solito ¿Por qué se va? ¡No, porque sí! Porque se lo merece, porque así lo dice la historia de nuestro Club, y así funciona el Sevilla F.C. del Siglo XXI: pura sensibilidad hacia quien se lo ha ganado a base… a base de todo lo que el sevillismo y el mundo del fútbol conoce de sobras.
Se podrían recordar muchas grandes noches, quizá la última más señalada fuese la de la eliminatoria del Copa del Rey contra el Barça, aquí, en Casa, en su Casa, con su gente. Una noche en la que, si grandes eran los que tenía enfrente, él a Messi le pareció el Increíble Hulk hecho portero ¡qué noche, Andrés!
Y como esa cuántas. 6 años, títulos todos los de su época, TODOS.
Y lo mejor: la ilusión intacta, impoluta la caballerosidad, y el sevillismo a flor de piel.
Lo dicho, Señorío de Palop, ¡qué cosecha!
Un área que va más allá que cualquier latifundio imaginable; que se extiende allá donde llegue un corazón sevillista. Porque él, Don (o San) Andrés se ha hecho un hueco a base de profesionalidad, y de humanidad en más de una ocasión, en el lugar donde habita el motor de nuestros sentimientos.
Hoy el Sevilla F.C. le ha dedicado una rueda de prensa para él solito ¿Por qué se va? ¡No, porque sí! Porque se lo merece, porque así lo dice la historia de nuestro Club, y así funciona el Sevilla F.C. del Siglo XXI: pura sensibilidad hacia quien se lo ha ganado a base… a base de todo lo que el sevillismo y el mundo del fútbol conoce de sobras.
Se podrían recordar muchas grandes noches, quizá la última más señalada fuese la de la eliminatoria del Copa del Rey contra el Barça, aquí, en Casa, en su Casa, con su gente. Una noche en la que, si grandes eran los que tenía enfrente, él a Messi le pareció el Increíble Hulk hecho portero ¡qué noche, Andrés!
Y como esa cuántas. 6 años, títulos todos los de su época, TODOS.
Y lo mejor: la ilusión intacta, impoluta la caballerosidad, y el sevillismo a flor de piel.
Lo dicho, Señorío de Palop, ¡qué cosecha!
El culpable de todo lo bueno que nos ha pasado en los últimos cinco años. Saludos.
ResponderEliminar