Hola Europa, ¿qué hay de nuevo?

Mírame bien, porque mañana me vas a ver de nuevo en mi casa, que puedes sentir como la tuya. Vas a ver de nuevo como se pone de guapa para que llegues con tu canción para fundirse con la mía; para que tu bandera, que es la mía, y la mía se den la mano para que nos vean presumir juntos.
Sé bienvenida a Sevilla y mira bien para todos lados a ver si vez algún resquicio de eso que en otros lado por desgracia aún se sigue dando, y después, por favor, explícame a qué vino esa decisión por la que tu y yo para poder saludarnos necesitamos que mi casa la abarroten de policía. Yo sólo quiero darte el abrazo que en Sevilla damos a quienes a nuestra casa saben llegar como Dios manda.
Escúchame Europa, por más que mañana te vaya a hartar de oírnos. Nuestra voces serán como siempre, nuestra única forma de expresarnos, ya verás cómo, ya verás cuánto.
Europa mañana comprenderás por enésima ocasión que esto es Sevilla, aquí hay que… ya sabes; que nos gusta eso que nos sale del alma de ganar y que el rival salga encantado, que se deje aquí tres puntos, posiblemente la eliminación, y se vaya silbando sus coplas con sus pronunciaciones raras y sus camisetas oliendo a Sevilla ¿Cuánto vale eso Europa?
Ya sé que tienes ganas de llegar, si es que una parte de tí no se está paseando ya por mis calles. Ya sé que te costará trabajo irte, pues quédate. Aquí tu fiesta, que de nuevo es la nuestra, va a seguir. Verás de lo que podemos llegar a ser capaces con mucho menos que otros.
Sé, de nuevo, bienvenida, ya sabes dónde quedamos, nos vemos en Nervión.