martes, 2 de junio de 2009

Mi niño ¡qué arte

Se me ha ido de vacaciones esta mañana, eso sí, sin dejar de pasar un ratito por la "academia" donde se prepara a diario, y después de ver a sus amigos chiquinos que tiene en el Hospital, porque otra cosa no sé, pero mi niño ¡tiene un corazón! Y se ha ido donde a él le ha dado la gana. Este año no le he puesto ni una pega. Que se vaya donde quiera. Aunque me ha extrañado que, con la caló que empieza a hacer, además de su ropita nueva, se haya empeñado en llevarse su bufanda, una blanca y roja que tiene en la cabecera de su cama. Iba escuchando una musiquilla que decía no se qué de unas lenguas antiguas y para mí, fiajos si es estudioso, que por el movil iba hablando con alguien de geografía europea. Aunque cuando vuelva me tendra que aclarar qué es eso que le escuche de las copas... Tan sólo los dos más ricos de su clase han sacado mejores notas que él, y eso que durante una parte del curso el pobre ha estado malito. Cuando no era una cosa, era otra y cuando no varias a la vez. Pero es tan aplicado que ha habido exámenes que los ha aprobado incluso con fiebre. Sin embargo, le he dicho que se apunte en algún lado los malos ratos que ha pasado en alguna ocasión cuando le dió por hacer el loco... Por lo demás, le he recomendado que, si tiene un ratito que no sea de cachondeo, le eche una miradita a los libros más viejos que tenga, de cuando no le iban bien las cosas y después se acuerde de lo bien que le ha ido cuando se ha dejado de tonterías y de echarle cuenta a los compañeros golfos de la clase. Pero volviendo a las notas, la verdad es que nos tiene locos a todos en casa, a sus padres, a sus hermanos, a sus tios y a un montón de vecinos de los bloques de alrededor. Aunque ha habido algún vecino con el que aún no he podido hablar... por lo visto tiene un cabreo supino con su niño al que le dio de todo y el niño no ha aprobado ni la clase de educación física. Eso sí, el mío, el mío se ha ido con una sonrisa que no podía cerrar las ventanas del coche porque no le cabía la sonrisa dentro. Ya estoy deseando que vuelva no vaya a ser que alguna pelandrusca me lo camele y no vuelva como debe. Mira, por si acaso oyes hablar por ahí de él, se llama como su madre Sevilla y de apellido Fútbol Club, aunque todo el mundo lo conoce como "El Sevilla", y no tiene nada que ver con el de los Mojinos Escociós) ¡Ay mi niño!

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