miércoles, 28 de enero de 2015

Así en el césped como en Cielo

Tiempo de noche grande, de equipos grandes, de jugadores grandes. De gran Estadio sobre el que parezcan levitar las cuarenta mil almas que van a destrozar en un instante el silencio que guardarás a estas horas de la mañana.


Mañana el Ramón Sánchez Pizjuán cita sobre el césped un abrazo del Cielo con la Tierra. Pero ya está. A partir de ahí, y hasta los primeros pasos del viernes 30, aquí no conocemos a nadie, no sabemos de nada, salvo un par de minutos que nos guardemos, porque quienes sabemos estar hacemos como aquellos que, en plena guerra mundial, pararon unos minutos para desearse feliz navidad y, después, a volver a matarse. Es lo que toca, esto es así.

Yo capto una diferencia entre nuestro rival y nosotros: ellos quieren pasar por llegar a semifinales. Nosotros porque queremos llegar a la Final. Porque no somos de los que todo el esfuerzo realizado por TODOS, lo tiramos a la basura en la siguiente ronda, si la subsiguiente es la que termina en un palco recogiendo un título. Y para eso quedan 270 minutos mal contados…

Mañana toca día de arrebato. Ya escucho hoy corazones removidos por las redes sociales. Si yo fuese periquito… No sé, yo no sé más que ser sevillista y me toca preocuparme por lo mío, por los míos. Por hacer que cada garganta sea una caja de resonancia en los oídos del contrario, un  constante pitido que no les deje pensar ¡Qué se oigan desde Carmona los pitidos!  Grito una vez ALGUIEN.

Y no será pitidos de abucheo, porque aquí sabemos distinguir a rivales de otra cosa, sino la forma de jugar del RSP cuando tiene que ayudar a cualquiera de los nuestros sobre el césped a presionar al rival para que la pierda, para que vuelva a ser nuestra, para achuchemos todos para adelante, y encaremos la meta contraria, y no sepan dónde acudir y acaben como todos esperamos, recogiendo balones dentro de sus redes.

Hay que silbar, presionar al arbitro para que Jarque vea la amarilla a poco que se acerque a Puerta… ¡bendito sea Dios! Y que Riera desde la cabina vea como se hablan al pitar el descanso, para volver a intercambiarse las camisetas…

Del Cielo al césped un chaparrón de sonidos blancos y rojos. Cantares albigranas del Norte al Sur. Vociferar constante de cada grada

LOLOLOLOOOO, LOLOLOLOLOOOOO

¡¡VAMOS MI SEVILLAAAA!!

¡¡VAMOS CAMPEÓOOON!!

Esos cánticos nuestros que nos los han copiado en todos lados, pero que como aquí no suenan en ninguna parte.

Aquí en su Casa, en la que mañana va partirse la camisa, la camiseta, a romperse el pecho y las gargantas para predisponer a Sevilla, a Andalucía a la posibilidad de plantarnos en otro de esos partidos en los que nos resulta raro no vernos cuando no estamos, otra FINAL, para volver a reivindicar que somos Andaluces en España, mientras esperamos a sacar la ropa que dice españoles en el mundo allá por febrero.

Mañana toca del césped al cielo, día grande en Nervión, y hacer en casa lo que casi siempre nos tocó hacer fuera (Valencia, Donest, La Palmera…)...

¡¡VAMOS A REMONTAR!!

#NERVIONREMONTA

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