domingo, 5 de junio de 2011

La morosidad puntúa ¿Juego sucio?

Con la que hemos tenido durante esta Liga pasada montada con la AFE y los equipos que no pagan porque no pueden y/o porque no saben cómo ni de dónde sacarlo, nos vamos a encontrar este año en Primera y en Segunda con equipos que no se sabe muy bien si los merecimientos deportivos casan con sus (in)cumplimientos económicos.
Parece, en principio, que no.
Porque, ahora que tanto se lleva eso de la indignación, resulta molesto ver como unos equipos descomponen a otros para fortalecerse sin permitir ni tan siquiera saldar lo que cuestan los conocidos "refuerzos". Y, así, equipos que podrían haber luchado hasta el final bien por subir a Primera, bien por no bajar a Segunda, o incluso luchar por posiciones de las denominadas de privilegio, pues se terminan viendo envueltos en un lío padre que a saber por dónde (y cuándo) terminará.
No es justo, no me parece justo, que tu descompenses mi equipo sin pagarme por lo que te llevas, consigas tu objetivo y contínúes sin pagarme, mientras yo me quedo con el equipo en cuadro, mis posibilidades de luchar por mis objetivos defenestradas y mi futuro pendiente de posibles denuncias por impagos a los que no pueda hacer frente porque tú, además de cargarte a mi equipo, no me pagas lo que me debes, para que al menos pueda mantener mi plantilla minimamente integra en todos los sentidos.
Pero es lo que hay. Todo a costa de lo que sea. Escrúpulos, cero. Y "el que venga detrás que arree".
No parece el SFC en ese grupo, ni en el de los maltrechos por obra y gracia de otros, ni de los que se dedican a desmoronar rivales sin cumplir posteriormente con sus acreedores. Al menos, no el SFC de hoy.
Pero me parece que, en justicia, alguien debería tomarse en serio los problemas que unos causan a otros, que van más allá de 3 puntos de un domingo, y que pueden terminar con el futuro de clubes y futbolistas por el descaro y la sinvergonzonería de quiénes, a toda costa, pretenden lo que no merecen por más que sus posibilidades no les acompañen en medida ni modo alguno.
Quién quiera darse por aludido es problema suyo, aunque sobre todo es problema de quién le esté esperando para recibir lo que es suyo.
Ésta es nuestra Liga.

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