Por más que yo no trague al Limitaciones CF; por más que el fútbol nos lleve a veces a situaciones de forofismo insospechado; por más que llevemos una semana cargadita de indignación, por si fue o no fue un gol un balón que entró o que no entró.
A mí no me gusta en absoluto que a unos jugadores de fútbol, que podrán ir por la vida más o menos de figuritas o figurines, pero que, al fin y al cabo, no son más que trabajadores (muy bien pagados, eso sí), terminen siendo comparados con quienes tiene el corazón de Sevilla en un puño, a la espera que nos diga alguno de esos imbéciles dónde está el cuerpo de Marta del Castillo.
A mí, ABC de Sevilla, esta comparación no me gusta en absoluto. No me parece en ningún caso merecida.
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