Toca ahora ver dónde estamos cada uno.
Toca ver la predisposición de cada uno. Toca ver qué hace el entrenador. Toca ver cómo juega el SFC. Toca ver quiénes juegan. Por qué unos sí y otros no. Desde qué y hasta qué momento esta cada jugador. Toca ver si el equipo sale enchufado y sabiendo dónde sale a jugar que eno es en otro sitio que en Casa, con los suyos.
Toca ver las gradas. Si se les ve o si no se les ve el color. Si sabemos estar cuándo hay que estar, o sólo para esperar que lleguen títulos a las cuatro de la madrugada (disculpad mi ausencia y que reclame la vuestra, asuntos familiares graves me impiden estar en el Ramón Sánchez Pizjuán). Toca animar hasta la extenuación.
Toca ver si nos acordamos de dónde venimos, y si supimos aprender de nuestros propios aciertos para hoy, que buena falta nos esta haciendo todo aquello que aprendimos.
Toca saber si somos capaces de sufrir y aprender de la vuelta al sufrimiento para seguir creciendo, o tan sólo para regodearnos en toda esa razón que llevábamos y que en muy poco sirvió para levantar vuelo alguno.
Toca hacer del 15-D la fecha en la que el SFC entero, enterito todo, se reencuentra a sí mismo para volver a avisar a quienes quieran escuchar que el Sevilla Futbol Club despertó de su letargo (de algunos meses...).
Y si no, pues, aquí seguiremos, fieles al SFC.
¡Viva el Sevilla!
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